CULTOS AFRICANOS PARTE UNO

 PROFETA GERMÁN J. RIVAS

Para el momento en que escribo estas páginas, la cantidad de personas que en algún lugar del mundo practican de los sistemas derivados de las creencias africanas (sistemas estos casi siempre sincréticos) o alguna rama netamente del África se eleva a más de cien millones de seres humanos (100.000.000), esto convierte a este suceso en algo que ya podemos definir como pandemíco, como un autentico fenómeno socio- religioso, pues se ha convertido en algo común ya no solo en nuestras naciones  latinoamericanas, sino que ya podemos observarlas en Europa, Oceania y Norteamérica (donde hace años era una práctica casi aislada a la ciudad de Nueva Orleans en Estados Unidos).

 Los cultos de origen africano se han multiplicado alarmantemente en lugares en donde hace pocos años estas eran prácticamente desconocidas o de muy pocos adeptos, esta situación ha cambiado de una forma sorprendente, casi violenta diría yo, al extremo que en Venezuela por ejemplo hoy día encontramos distintas figuras de la santería en negocios tales como: panaderías, abastos, lavanderías, carnicerías, tiendas de ropa, zapaterías etc. Cosa que décadas atrás eran prácticamente inimaginables, puesto que el que practicaba este culto casi siempre lo hacía en la intimidad de sus hogares o simplemente se astenia de colocar las figuras de algún orisha en lugares públicos distintos a sus altares personales, esto es algo que a llegado a extremos tales como los que he observado en la ciudad de Maracay, Estado Aragua, Venezuela, entre otras cosas ví  en este lugar un altar de santería en una guardería infantil (jardín de infantes),  también miré con asombro durante las navidades del año 2010 una casa de familia que no tenía un árbol de navidad, sino una gran figura de Santa Barbará decorada con luces  de colores y a su vez varios regalos a sus pies tal cual es común hacer con el árbol de navidad en los hogares venezolanos.

Santa Barbara de Changó (Tomado de: oasisdeisa.wordpress.com)

Ahora bien, este fenómeno socio religioso por que hoy vemos esparcido en gran parte de las naciones, nació de una manera imprevista, puesto que los primeros comerciantes de esclavos que salían de las costas africanas con sus barcos cargados de esclavos hacia América y Europa no buscaban de ninguna forma edificar un complejo sistema de creencias tal cual son hoy día los diferentes cultos de originarios del África, es mas ni siquiera querían crear una secta o improvisar una cofradía, no… Ellos solamente buscaban ganancias por medio de su mercancía, la cual era gente, seres humanos que fueron raptados de sus países de origen.

Niño Esclavo encadenado a piedra  (tomado de: aporrealos.com)

 humillados y torturados, asesinados muchas veces o simplemente condenados a vivir una vida de explotación en alguna plantación o hacienda colonial de Cuba, Estados Unidos, Colombia, Brasil, Venezuela, república Dominicana, Haití u otra de las naciones que albergaron en sus tierras a alguno de los múltiples contingentes de esclavos que llegaron por vía marítima.

Cuando los tratantes de esclavos portugueses, españoles y holandeses mayoritariamente, traían del África  sus cargamentos de mano de obra barata (mucho más económica para la época que un sirviente indígena o un empleado libre), jamás se imaginaron que juntamente con estos seres privados por la fuerza de su libertad venían a América y otros continentes (aunque como veremos luego las etnias que practicaban los cultos que dieron origen a los sistemas nacidos del africanismo llegaron fue  a Norteamérica, Centroamérica y Suramérica) un “cargamento” de al menos 401 seres espirituales y aproximadamente unos 600 dialectos que al fundirse con el tiempo con las costumbres y creencias de los indígenas y españoles mayormente  que  habitaban  el continente americano dieron origen a un extenso folklore y a un amplio sincretismo religioso que podemos ver hoy plasmado en la muy sincrética santería o regla ochá (originada en Cuba, lo mismo que la llamada palería y la ábakua) y otros tales como: El vudú (Haití), la umbanda tan común en Uruguay como en el Brasil, el arará de Puerto Rico, el culto al llamado “Barón del Cementerio” (República Dominicana), el vudú del tipo Nueva Orleans de los Estados Unidos, los sistemas afro brasileños  tales como la quimbanda,  casa das minas, el candomble,macumba, el xango y el batuque,  el bará, babazue etc. Sistemas altamente sincréticos como el marialionzismo de Venezuela en donde resalta ente las 33 cortes  que la componen la llamada corte africana.     

Es ya tan común el africanismo entre nosotros, que los latinoamericanos ya en cierta forma tomamos las variantes religiosas y culturales que provienen del África, como: parte de nuestro acervo histórico o de nuestro folklore, y nada más alejado de la verdad. En los diferentes rituales de origen africano que existen en América se invoca abiertamente a seres espirituales en nada relacionados a Jehová Dios todopoderoso y su hijo Jesucristo, aparte las palabras identificativas, los canticos, bailes y toques de tambor son generalmente demoniacas. Pero, nuestros pueblos aceptan o señalan como tradiciones ancestrales a las practicas originadas en los esclavos que llegaron a nuestros pueblos hace siglos, festivales como el FITA, Festival Internacional de tradiciones Africanas, no es más que un burdo disfraz, con el cual se pretende” disfrazar al diablo de folklore”.

No existe ninguna santidad en los llamados santos u orishas de la santería, menos aún en un echú (aunque ambos son demonios) de la quimbanda, o en un loa del vudú. Espíritus hay millares en las distintas religiones, pero solo uno y nada más que uno es VERDADERAMENTE SANTO, y es nuestro amado consolador que nos guía a toda verdad.

 Gloria a Dios, no necesitamos vestirnos de blanco, ni usar collares de colores, tampoco es necesario usar firmas invocatorias para dirigirnos al Espíritu Santo y mucho menos llamar a un ser espiritual o en su caso a Eleggua para que nos señale uno de sus múltiples caminos y esto se debe a que ya conocemos el único camino verdadero que lleva a Dios, para la gente hay miles de caminos espirituales que les parecen seguros y derechos para transitar, pero su fin es camino de muerte.

Por eso me dirijo a ti, hombre o mujer que me lees en este instante y quizás aún no conoces a Cristo, ni sabes de su inmenso amor, a ti te digo hoy que no hay miles de caminos, es más ni siquiera cien, cincuenta o veinte, sino uno solo y ese camino es Jesucristo mismo, la Palabra de Dios dice:

Jesús dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6).

Piénsalo, medítalo bien, pésalo correctamente, pues tu decisión tendrá repercusiones eternas, si aceptas a Cristo tendrás la salvación de tu alma.

(TOMADO DEL TALLER SOBRE CULTOS AFRICANOS, QUE GERMÁN J. RIVAS, IMPARTE BAJO LA COBERTURA DE MINISTERIOS UNIDOS VIDAVISIÓN, RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS).